El filósofo francés Jacques Derrida
(1930-2004) fundó una asociación de apoyo
a los escritores e intelectuales checoslovacos que, tras el aplastamiento de la Primavera de Praga, sufrieron persecución a manos del régimen comunista.
Durante
un seminario clandestino en Praga, Derrida sería detenido por la policía, acusado de falsa posesión de drogas y encarcelado.
El escándalo que se desató en Occidente, a raíz de la detención de Derrida, fue
mayúsculo y de inmediato comenzaron a recogerse firmas para exigir su libertad. Incluso el propio Mitterrand intervino en su favor. Finalmente Derrida sería liberado,
aunque expulsado de Checoslovaquia, y retornaría a París casi como una gloria
mediática.