jueves, 1 de mayo de 2014

1984: un mundo orwelliano

El totalitarismo no es sólo el infierno, sino también el sueño del paraíso, decía el escritor checo Milan Kundera, nacido en Brno pero exiliado en Francia, a su colega Philip Roth en una entrevista celebrada hace años.

En 1984, al igual que en otras obras suyas, George Orwell hace una personalísima parodia de los sistemas totalitaritarios. Estamos en Oceanía, una de las tres superpotencias que se reparten el mundo. Las otras dos son Eurasia y Esteasia. Estas tres superpotencias se hallan permanentemente en guerra, o al menos eso propagan machaconamente los medios de comunicación, pero el sistema de alianzas no es siempre el mismo. En el momento en que arranca esta historia Oceanía se encuentra en guerra con Eurasia y está aliada con Esteasia.
Oceanía se configura a partir de la absorción del Imperio Británico por los Estados Unidos. Abarca las dos Américas, las islas del Atlántico, Australasia y la parte meridional de África. Su capital, Londres, se encuentra en la Franja Aérea Uno. La doctrina o ideología predominante es el socing (o socialismo inglés) y todo en Oceanía se halla bajo el férreo control del Partido, liderado por el Hermano Mayor.
Eurasia surge a partir de la absorción de Europa por Rusia. Su doctrina es el neobolcheviquismo.
Esteasia, más pequeña, incluye China, los países al sur de la misma, las islas japonesas, el Tíbet, Manchuria y Mongolia. Su doctrina se denomina adoración a la muerte, un término chino.
Amplias zonas de África pasan constantemente de unas manos a otras en la guerra permanente que las tres superpotencias libran entre sí.



La organización del Estado
El sistema gubernamental de Oceanía se dividía en 4 ministerios con sede en Londres:
  • Ministerio de la Verdad (Miniver): Se ocupa de las noticias, los espectáculos, la educación y las bellas artes. En la práctica, falsifica a diario el pasado y la historia.
  • Ministerio de la Paz (Minipax): Encargado de los asuntos relativos a la guerra.
  • Ministerio del Amor (Minimor): Se ocupa de mantener la ley y el orden. La realidad es que realiza una labor de espionaje y represión al servicio del Partido, valiéndose para ello de la Policía del Pensamiento (Mentalpol).
  • Ministerio de la Abundancia (Minindancia): Es responsable de los asuntos económicos.
Los nombres de los cuatro ministerios son una descarada muestra de la manipulación de la realidad que exhibe el Partido. El Ministerio de la Verdad miente; el Ministerio de la Paz promueve la guerra; el Ministerio del Amor tortura; y el Ministerio de la Abundancia favorece el hambre.
Se configura Oceanía como un Estado totalitario que subordina completamente lo individual a lo colectivo, que ejerce un control total del comportamiento de sus ciudadanos y que lucha implacablemente contra la memoria, el deseo y el lenguaje como vehículos del pensamiento.
El Partido y la propaganda
Todo en Oceanía, tanto la vida pública como incluso la privada, se hallaba bajo el absoluto control del Partido, que vigila a los ciudadanos, especialmente a los miembros del Partido, mediante telepantallas instaladas en lugares públicos y en las casas.
La economía se hallaba totalmente intervenida por el Partido, que elaboraba planes trienales. Por la telepantalla se informaba constantemente a la ciudadanía de la consecución de los objetivos previstos en dichos planes. Algunos productos, como los Cigarrillos de la Victoria o la Ginebra de la Victoria, eran distribuidos bajo monopolio exclusivo del Estado.
Para reforzar la fidelidad al Partido se recurría constantemente a la propaganda, a las banderas, a los desfiles, a las consignas, al himno Por ti, Oceanía, a los juegos, a las excursiones comunitarias, etc.

Las consignas
Los tres lemas del Partido son La guerra es la paz, La libertad es la esclavitud y La ignorancia es la fuerza. Aparecen reproducidos por todas partes.

Era una organización dependiente del Partido que defendía la abstinencia sexual en hombres y mujeres. Se pretendía eliminar totalmente el placer en el acto sexual. Solo se admitían los matrimonios entre miembros del Partido, que debían ser aprobados por un comité. El único fin admitido en el matrimonio era engendrar hijos para el servicio del Partido. Las relaciones sexuales eran algo menor. Si era posible, los niños debían engendrarse mediante inseminación artificial (insemart).

El Hermano Mayor
Fue y seguía siendo el líder de la Revolución, así como el jefe del Partido. Su imagen aparecía constantemente en la telepantalla. Su retrato se hallaba colgado por todas partes. El Hermano Mayor vela por ti era el mensaje que se repetía sin cesar.



La nuevalengua
Era el idioma oficial de Oceanía. Había sido ideado para hacer frente a las necesidades ideológicas del Socing. Estaba pensada para reducir el alcance del pensamiento y excluir cualquier modo de pensar que se opusiera a los dictados del Partido.
En 1984 no había aún nadie que la utilizara como única forma de comunicación, ni hablada ni escrita, pero se suponía que acabaría desplazando totalmente a la viejalengua (o inglés estándar) en torno al año 2050.
Por un lado, había que destruir las viejas palabras para reducir el vocabulario. Ello no quiere decir que no surgieran nuevos términos para hacer referencia a objetos, como telepantalla o hablascribe, o a conceptos que tenían una implicación política, como bienpiensa (ortodoxia en lo político, que implicaba incapacidad de tener un mal pensamiento), doblepiensa (es una forma de disciplina mental que consiste en ser capaz de creer dos verdades contradictorias al mismo tiempo, que el Partido promueve entre sus miembros con objeto de manipular y falsificar el pasado y la historia), vidapropia (implica individualismo y excentricidad, debiendo por ello ser perseguida), crimenfacial (adopción de una expresión inapropiada, como un gesto de incredulidad ante el anuncio de una victoria) o crimental (delito cometido por quienes conspiran contra el Estado).

La estructura social
La sociedad de Oceanía se estructura de la forma siguiente:
  • En la cúspide, el Hermano Mayor, infalible y todopoderoso.
  • Por debajo, el Partido Interior, cuyos miembros están limitados a seis millones, algo menos del 2% de la población.
  • A continuación, el Partido Exterior.
  • Y por último, los proles, las masas, que suponen aproximadamente el 85% de la población. Son inferiores por naturaleza, despreciados por el Partido y deben estar sometidos. Un eslogan del Partido decía que Los proles y los animales son libres. En cuestiones morales se les permitía regirse por su código ancestral.
Entre las dos ramas del Partido, interna y externa, se producen ciertos intercambios, pero a los proles no se les permite ingresar en el Partido.

Los enemigos internos
Emmanuel Goldstein fue figura señera del Partido, luego desertor y traidor, y actualmente el enemigo número uno. Se dedicó a actividades contrarrevolucionarias, a denunciar la dictadura del Partido o a pedir libertades. Creó toda una red clandestina de conspiradores para derrocar al Estado, conocida como la Hermandad.
La figura de Goldstein es recordada constantemente por la telepantalla en el espacio o programa titulado Dos Minutos de Odio.
Periódicamente el Partido organiza la llamada Semana de Odio, en la que a través de programas especiales en la telepantalla, desfiles y otros actos propagandísticos se recuerda a la ciudadanía la obligación de luchar contra traidores y desertores.

1 comentario:

  1. Me parece horrible por mi parte no haber seguido tu blog durante todo este tiempo. Así que ya lo he enlazado al mío. Me gustan las entradas que escribes y los temas que tratas, así que ya no te escapas :)
    1984 es un libro de referencia que ha influido mucho en el cine, la literatura, e inclusive en la televisión. Yo me lo leí hace muchos años en un taller que formé de lectura y me encantó. De hecho, la primera entrada que publiqué en mi blog "La boca del libro", trataba sobre la influencia que tuvo Orwell a la hora de escribir el libro. Se basó en "Nosotros", un libro de Zamiatin.
    Te dejo el enlace: http://labocadellibro.blogspot.com.es/2011/06/el-legado-de-zamiatin.html

    ¡Nos leemos! :)
    María B.

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