viernes, 28 de febrero de 2014

San Francisco, peregrino a Compostela

Se cumplen los 800 años de la peregrinación de San Francisco de Asís a Compostela, donde fue acogido por una familia compostelana.

En su peregrinaje San Francisco, descalzo y vestido con su habitual saco, predicó el Evangelio y fundó varios conventos, como el de Santiago que lleva su nombre.




En una gran lápida sita en la portería del convento compostelano de San Francisco reza la siguiente leyenda:

Viniendo nuestro padre San Francisco a visitar al Apóstol Santiago, hospedole un pobre carbonero llamado Cotolay, cuya casa estaba junto a la ermita de San Paio en la falda del monte Pedroso. De allí salía el Santo al monte a pasar las noches en oración. Allí le reveló Dios era su voluntad la edificación de un convento en el sitio donde está, llamado Val de Dios y Val del Infierno, y sabiendo el Santo era del monasterio de San Martín, pidióselo al padre abad por amor de Dios y ofreció ser su forero y pagar en cada año un cestito de peces. Aceptó el padre abad y de ello se hizo foro firmando el Santo, del cual dan fe los ancianos de San Martín han visto y leído. Habido el sitio dijo el Santo a Cotolay: “Dios quiere que me edifiques un convento de mi orden”. Respondió Cotolay que cómo podía un pobre carbonero – “Vete a aquella fuente”- dijo el Santo- que allí te dará Dios con qué -. Obedeció Cotolay y halló un gran tesoro con el que edificó este monasterio. Bendijo Dios a la casa de Cotolay; casó notablemente. Fue regidor de esta ciudad y edificó los muros de ella que ahora van junto a San Francisco y antes iban por la Azabachería. Su mujer está enterrada en la Quintana y Cotolay, fundador de esta casa, en este lucilo que para sí escogió. Falleció santamente el año del Señor de 1238.

Lamias

Las lamias son personajes de la mitología vasca que tienen figura de mujer, salvo las piernas, que son como patas de gallina o de pato. En euskera se las conoce como lamiak o lamiñak.

Habitan en cuevas, simas, pozos, remansos de los ríos, manantiales, estanques y antiguos castillos hoy abandonados.




Según Barandiarán suelen ocuparse en hacer la colada y en peinarse.

El tema del robo del peine a las lamias es frecuente en numerosos relatos. En ellos las lamias suelen reclamar su devolución amenazando con causar algún mal.

Las lamias solían requerir ofrendas e iban a las casas a pedir alimentos, habitualmente grasa, el contenido de las ollas, harina o borona. Si un labrador les deja algo de comer en la orilla de su heredad, las lamias lo consumen de noche y, en recompensa, labran la tierra o terminan la faena que hubiera quedado inconclusa. El arado, tirado por bueyes, las haría desaparecer.

Es conocida la trágica leyenda de la lamia de Kobaundi (Mondragón), que se enamora de un campesino. Este último enfermará y morirá al descubrir que su hermosa novia no es humana, sino que es una lamia que tiene ciento cinco años.

Fuente: Mitología vasca (José María de Barandiarán).

domingo, 23 de febrero de 2014

Ubú y la vanguardia artística

Ubú fue el protagonista estrafalario e iconoclasta de una obra teatral de Alfred Jarry, el escritor simbolista francés e inventor de la patafísica.




El neoyorquino Kenneth Goldsmith, poeta y teórico de la literatura, tomó el nombre de Ubú para bautizar su proyecto de constituir un espacio digital en el que los artistas pudieran dar a conocer sus creaciones. Este proyecto, puesto en marcha en 1996, se ha convertido en el archivo de arte de vanguardia con mayor número de contenidos de la Red. En él se almacena el trabajo de decenas de miles de creadores (objetos artísticos, películas, música de vanguardia, poesía sonora, conferencias, entrevistas, debates, etc.).

Alfanhuí

Alfanhuí, protagonista de la primera novela de Rafael Sánchez Ferlosio, publicada en 1951, es un niño despierto e industrioso, que muestra pronto un gran instinto para obtener colorantes naturales, lo mismo de la herrumbre soltada por la piel de los lagartos reseca al sol que de la sangre del ocaso.




Un buen día marcha a Guadalajara y entra a trabajar como aprendiz en el taller de un disecador. Le dice su maestro que tiene los ojos amarillos como los alcaravanes y es precisamente él quien le pone el nombre de Alfanhuí, que recuerda el sonido emitido por este ave.

Un incendio intencionado destruye la casa y el taller de su maestro escapando Alfanhuí y él de las llamas. Tras tres días caminando por el campo de Guadalajara, el maestro muere en los brazos de Alfanhuí, quien le llora sentidamente.

Vuelve Alfanhuí por poco tiempo a casa de su madre pero enseguida marcha de nuevo a buscarse la vida. Pasa un tiempo en Madrid, en la pensión de doña Tere. Vaga por las montañas que separan las dos Castillas y convive con los pastores. Visita a su abuela, que vive en Moraleja y se saca allí algún dinero llevando a pastar a la dehesa a los bueyes del pueblo. En Palencia entra a trabajar en la herboristería de Diego Marcos y pronto aprende a distinguir unas plantas de otras. Sale al campo en busca de hierbas que luego su amo venderá en la tienda y nunca vuelve de vacío. Su intuición le lleva a reconocer rápidamente el tipo de terreno que pisa y a saber si encontrará o no tal o cual planta.

Pronto tenemos a Alfanhuí vagando nuevamente por campos y caminos. El final del relato acontece un atardecer en el que una bandada de alcaravanes cruza el cielo al grito de al-fan-huí, al-fan-huí, al-fan-huí.


martes, 11 de febrero de 2014

La orquesta argelina El Gusto

En la década de los cincuenta una serie de músicos, integrados en diversos grupos, amenizaron las noches de la casbah de Argel tocando en bares y clubes nocturnos, o en bodas y fiestas populares celebradas en las mismas casas. Muchos de ellos se habían formado con El Anka, mítico músico argelino y director del conservatorio de Argel, creador de un estilo musical llamando chaâbi, que etimológicamente podríamos traducir como música popular y que desde luego conectaba muy bien con los gustos de las clases populares. La música chaâbi conjugaba armoniosamente raíces bereberes, influencias andalusíes y música religiosa.

El Anka llegó a fundar y dirigir toda una orquesta, que estaba integrada por muchos de los músicos que se formaron a su vera y que actuaba regularmente en la Ópera de Argel. Entre estos músicos había también algún que otro judío descendiente de los expulsados de España en 1492. Pero a principios de los sesenta, a raíz de desatarse la guerra que condujo a la independencia del país, la orquesta dejó de tocar, sus componentes se disgregaron y todo terminó. Fueron muchos los músicos que abandonaron Argel para dirigirse a otras ciudades del país o se vieron obligados a exiliarse a Francia y nunca más volvieron.




La joven cineasta Safinez Bousbia, residente en Francia pero de orígenes argelinos, se planteó el enorme reto de reunir, tras casi 50 años de haber perdido el contacto entre ellos, a todos estos músicos que habían llenado de vitalidad la casbah de Argel.
La idea surgió a raíz de unas vacaciones que Safinez pasó en Argel, su ciudad natal. Paseando un buen día por su casbah o ciudad alta, entró en una humilde tienda y compró en ella un espejito. El dueño del negocio, Mohamed el-Ferkioui, resultó ser un veterano músico que comenzó a hablarle de la música chaâbi y los gloriosos tiempos en que tocaba en la orquesta de El Anka. Safinez, que pertenece a otra generación y además vive en el extranjero, no ha oido nunca hablar de esta historia y súbitamente se siente fascinada por ella.

Ni corta ni perezosa, Safinez vislumbra de pronto un proyecto, reunir de nuevo a los miembros de la orquesta que siguieran vivos. No fue fácil. Unos dos años de esfuerzos le costó hacerlo. El lugar elegido fue Marsella, donde algunos de ellos residían por entonces. Los que vivían en Argel se acercaron a Marsella en ferry y los de París en tren.
No hace falta decir que el reencuentro fue enormemente emotivo. Mustapha Tahmi, Ahmed Barnaoui, Rachid Berkani, Robert Castel, Joseph Hadjaj, René Perez, el hijo de El Anka, el propio Ferkioui y otros muchos acudieron a la llamada. Tenían tanto que contarse... Y volvieron a ensayar sus viejas canciones. Y dieron un concierto en un teatro de Marsella. A esta orquesta que formaron para la ocasión le pusieron el nombre de El Gusto, de alguna manera un tributo a España, un reconocimiento de que en España se encuentra una parte sustancial de sus raíces musicales. Y fue tal éxito que al final tuvieron que hacer una minigira. También tocaron en Paris-Bercy. Y grabaron un disco. La propia Safinez Bousbia dirigió una película o documental, titulada igualmente El Gusto, que rinde homenaje a la mítica orquesta de El Anka y a sus talentosos músicos.


domingo, 9 de febrero de 2014

La multicultural orquesta Pink Martini

Esta pequeña orquesta fue fundada en 1994 por Thomas Lauderdale, eterno aspirante a la alcaldía de su ciudad, Portland, capital de Oregón, que se ha convertido en uno de los epicentros mundiales de la bohemia.

La orquesta Pink Martini hace una música que puede parecer anacrónica, a medio camino entre Hollywood, el cabaret, la canción demodé, los clubes de jazz y las orquestas de música cubana. Tocan temas originales y clásicos en casi cualquier idioma y son tenidos por embajadores de la multiculturalidad y la tolerancia. Una música genuinamente comprometida con los derechos sociales, la defensa de las minorías o la redistribución de la riqueza. Sus músicos, que presentan una estética a la vieja usanza, se sitúan inequívocamente a la izquierda del partido demócrata.

El tema que hace años les dio a conocer, Sympathique, cuya letra se inspira en algunos versos del poeta francés Guillaume Apollinaire, padre del surrealismo, presenta un estribillo en francés, Je ne veux pas travailler (No quiero trabajar), que fue todo un éxito en Francia.



Pink Martini lanzó el año pasado un nuevo álbum, Get happy, el quinto de su carrera, con canciones en inglés, francés, castellano, japonés, alemán, turco, rumano, chino y farsi, una lengua que se habla en Irán.
Otros álbumes suyos son Hang on little tomato (2004) y Hey Eugène (2007).

Tümata y la aplicación de la música tradicional turca con fines terapéuticos

El grupo musical Tümata, constituido por más de treinta miembros, fue fundado en Estambul, en 1976, por el profesor Dr. Rahmi Oruç Güvenç, con el propósito de bucear en las raíces socioculturales de la música tradicional turca, en particular en sus conexiones con el sufismo, así como de difundir la música, los bailes y el folklore turcos.
Tümata no solo da conciertos. También organiza coloquios, seminarios y festivales. Y su actividad va incluso mucho más allá.


Rahmi Oruç Güvenç
 
 
Museo de instrumentos musicales
Los miembros de Tümata han conseguido recopilar más de 300 instrumentos musicales antiguos con los que han creado un museo para exponerlos al público.
Están también trabajando en registrar, clasificar y archivar la riqueza musical turca en cintas y videos.


Una de las formaciones del grupo

 
Musicoterapia
Tümata ha cooperado con las universidades de Estambul y de Marmara en varios proyectos de investigación sobre la música tradicional turca y sus posibles aplicaciones en los terrenos de la educación escolar y la musicoterapia.
Tümata impulsó la fundación del Instituto de Etnomusicología en Viena y de la Escuela de Musicoterapia en Rosenau (Austria). Desde entonces, en colaboración con ambas instituciones, ha participado en varios programas de formación de músico-terapeutas en Mannheim, Munich, Berlín, Zurich, Madrid, Barcelona, etc., impartidos en escuelas y universidades.
En 1993, en la Clínica Meidling de Viena pusieron en marcha su primer proyecto para aplicar la música con fines clínicos y desde entonces se han llevado a cabo diversos proyectos en varias áreas de la medicina (neurología, cardiología, oncología, discapacidad, geriatría, inmunología, etc.), ofreciendo resultados satisfactorios en el tratamiento de algunas patologías.




Web del grupo Tümata
Artículo sobre Tümata en el blog El za'atar del día a día

Kelebek, música turca de raíces sefardíes

El grupo musical turco Kelebek, un ensemble de cuatro intérpretes, liderado por la cantante y musicóloga Fulya Olzem, explora las raíces de la música sefardí en el Mediterráneo, que fusiona con melodías turca y griegas.

Kelebek significa Mariposa en turco
 
En su último trabajo, en el que rinden un pequeño tributo a la cantante sefardí Victoria Hazan (1896-1995), se incluyen hermosas canciones como Morenika o Los Bilbilicos, propias del acervo sefardí, junto a otras como la turca Naz Bari o la griega Kritiko Syrto.
 
 


Los documentales de RTVE

RTVE acaba de lanzar Somos Documentales, una web que recopila más de 5.000 documentales digitalizados para ver online.
 
El departamento de Interactivos de la corporación ha buceado en el archivo histórico de TVE y ha rescatado las grandes cintas emitidas por La 1 y La 2.
 
 
 
 
Somos Documentales se estrena proponiendo una selección de títulos imprescindibles para los amantes de este género:
  • Comprar, tirar, comprar, un fenómeno de la era de internet, un documental que puso nombre a un concepto que muchos consumidores ya habían experimentado en primera persona, la obsolescencia programada.
  • Pura vida, una historia de amor por la montaña que narra el intento de rescate de Iñaki Ochoa de Olza en el Annapurna.
  • Allende, caso cerrado, un trabajo de En Portada que provocó que un juez chileno reabriera el caso por la muerte de Salvador Allende.
  • Bucarest, la memoria perdida, la película sobre la memoria histórica y personal de Albert Solé y Jordi Solé Tura.
  • El caso 112, clásico de Documentos TV que llegó hasta los Grammy y cuyo visionado es clave para constatar los cambios de nuestra sociedad.
Se incluyen además las series completas de programas míticos de Televisión Española como El Hombre y la Tierra, España, entre el cielo y la tierra o el clásico A vista de pájaro y por supuesto, Documentos TV, En Portada, Crónicas y todos los reportajes de gran formato que han marcado la historia del periodismo audiovisual en España.

jueves, 6 de febrero de 2014

Heroica Malala

Malala Yousafzai, la joven pakistaní a la que los talibanes intentaron asesinar por reclamar el derecho a la educación para las niñas de su país, ha recibido a los 16 años el Premio Sájarov para la Libertad de Conciencia, que concede el Parlamento Europeo.




 
Malala nació y vivió en su infancia en Mingora, en el valle de Swat, que está situado al noroeste de Pakistán, casi en la frontera con Afganistán, próximo a las montañas de Hindu Kush. Antaño a Swat se le llamaba Uddyana, que significa jardín; hoy se le conoce como la Suiza de Oriente por sus montañas, cascadas y lagos de aguas limpias.
Malala y su familia son pashtunes, un pueblo o comunidad formada por distintas tribus repartidas entre Pakistán y Afganistán. Se calcula que los pashtunes son unos 40 millones, de los que 10 millones viven fuera de su tierra.

Su padre, maestro, era y es un hombre comprometido con la causa de la educación, que en su región participó en la puesta en marcha de varias escuelas mixtas, pese al feroz rechazo que estos proyectos generaban entre los sectores más integristas. A su hija le puso el nombre de Malala en memoria de Malalai de Maiwand, la mayor heroína de Afganistán e hija de un pastor de Maiwand, un pueblo al oeste de Kandahar, la ciudad afgana en la que residía Osama bin Laden, líder de Al Qaeda, cuando se produjo el atentado de las Torres Gemelas. En 1880 esta heroína exhortó al ejército afgano a derrotar a las tropas británicas de ocupación y aunque murió bajo el fuego en la batalla de Maiwand, los suyos alcanzaron la victoria.
 
En Mingora, donde la gente habla urdú, fue Malala a la escuela, pero en 2008, cuando solo tenía 10 años se produjo una sangrienta revuelta encabezada por los talibanes, que golpearon y asesinaron a muchas personas e instauraron durante dos años un régimen de terror, quemando televisores en grandes hogueras, destruyendo escuelas y prohibiendo a la gente hacer música o cantar y a niñas y mujeres acceder a la educación. Eran muchos los contrarios a este régimen bárbaro y a sus medidas, pero pocos se atrevieron a alzar la voz. El temor a sufrir represalias era grande.
 



Entre los valientes que se enfrentaron a la represión de los talibanes estaba la pequeña Malala. Pese a los insultos y a las amenazas que a veces recibía, siguió yendo a la escuela. No quiso renunciar a su derecho a ser escolarizada, el mismo derecho que se reconoce a los niños varones de su edad. Con solo 11 años y a propuesta de Abdul Hai Kakar, un amigo de su padre que trabajaba en Pesháwar como corresponsal de la cadena, comenzó a escribir un blog en urdú para la BBC con el firme propósito de denunciar la situación que se vivía en su región bajo el régimen de los talibanes y defender el derecho de las niñas pakistanís a asistir a la escuela y a recibir una educación. Por medio de este blog, firmado con el seudónimo de Gul Makai, el nombre de la heroína de una popular leyenda pakistaní, se dio a conocer y fue The New York Times el primer medio que en 2009 le dedicó un reportaje, el documental titulado Class Dismissed.




 
En octubre de 2012 Malala, con solo 15 años, sobrevivió a un atentado. Volviendo de la escuela a casa en autobús, un chico de unos 20 años le disparó un tiro a la cabeza. El ataque fue reivindicado por los talibanes y Malala se recuperó de él en un hospital de Birmingham.
 
En una entrevista a The Guardian y preguntada por el chico que intentó matarla, asegura no sentir rencor hacia él y añade: Es duro matar. Puede que por ello su mano temblara.
 
Este año pasado, restablecida ya de la brutal agresión ha escrito, en colaboración con la periodista Christina Lamb, Yo soy Malala, una temprana autobiografía que en España ha publicado Alianza Editorial. A poco de su publicación, las presiones de las autoridades civiles y policiales impedieron la presentación del libro en la universidad de Pesháwar, ciudad próxima a Mingora.
 
No cabe duda de que las autoridades le tienen miedo a Malala. Miedo de su mirada franca, firme, limpia y profunda. Tienen ante sí a un formidable enemigo, que dispone de armas muy poderosas: la palabra e indiscutiblemente la razón.




Impresionan y conmueven hondamente esa valentía y esa determinación a la hora de defender sus convicciones. Franqueza, integridad, altruismo son elogios que se repiten al hablar de Malala.
Malala es mi héroe ha escrito Muñoz Molina recientemente en su blog. Rosa Montero, que la ha entrevistado, y Fernando Savater también han manifestado sentir admiración por Malala. Y quién no.
 
 
 
Algunas citas de Malala
 
Hay que morir alguna vez en la vida.
(recordando el atentado sufrido)

Un maestro, un libro, un bolígrafo, un aula, pueden cambiar el mundo. En lo que a mí respecta, me cambiaron la vida.
(ante la Asamblea General de la ONU)
 
No hablo en nombre de los niños que quieren otro smartphone o una videoconsola, sino en el de los que piden un maestro, una pluma y un libro.
(en el Parlamento Europeo, al recoger el Premio Sájarov 2013)

Un país no es más fuerte por el número de soldados que tiene, sino por su índice de alfabetismo.
(en el mismo discurso ante el Parlamento Europeo)
 


Es una organización sin ánimo de lucro que apuesta por el acceso universal a la educación, por el empoderamiento de las niñas y por los programas de gestión comunitaria.
 

miércoles, 5 de febrero de 2014

Horas cuadradas y cúbicas

Admirado un amigo de Unamuno de la capacidad de este último para aprovechar el tiempo y hacer cosas, el escritor bilbaíno le explica su secreto en tono confidencial:
 
Yo, por mi parte, no corro cuando puedo ir al paso, a pie y enterándome del camino. ¿Qué recorro poco espacio? ¿Y qué? Todo pedazo de espacio es infinito dentro de sí. Y lo mismo digo del tiempo. "¿Pero cómo encuentra usted tiempo para hacer tantas cosas?", me preguntaba un amigo. Y le respondí sonriendo: "Es que mis horas son cuadradas y a las veces cúbicas...". "¿Cómo?", añadió. Y yo: "Usted sabe que si un metro lineal tiene 10 decímetros, un metro cuadrado tiene 100 decímetros cuadrados, y no 10, y un metro cúbico 1.000 decímetros cúbicos. Así mi hora cuadrada tiene 3.600 minutos cuadrados y mi hora cúbica 216.000 minutos cúbicos".

El artículo, fechado en 1913 fue incluido posteriormente por el escritor en su libro Andanzas y visiones españolas.


Otra forma de viajar

Ya en 1920, Unamuno, en un artículo que luego formó parte de su libro Andanzas y visiones españolas, se hacía las siguientes reflexiones:
 
Y así, en aquella bendita Edad Media, la gente viajaba más que ahora viaja y pasaba por sitios que hoy nos resultan retirados, remotos y casi inaccesibles.
En cierto sentido entonces, cuando era más lento el viajar, se viajaba más de verdad, se recorría más de veras el camino. El romero o peregrino medieval conocía mucho mejor el país porque viajaba más que un turista moderno. Hoy cabe atravesar toda una nación dormido y sin conocer ni una sola palabra de la lengua que en ella se hable. Hoy el camino es un puro medio y se va a devorarlo o suprimirlo en lo posible, atento al fin del viaje. Fin que tampoco suele importar mucho. Entonces, lo interesante, lo vivo era el camino.
 
 
 
 
Las palabras finales de Unamuno nos recuerdan aquella frase de El camino es mejor que la posada y que don Quijote decía a su fiel Sancho.
 
Cabría preguntarse qué opinaría Unamuno sobre nuestro frenético estilo de vida, sobre el tren de alta velocidad, sobre las áreas de descanso a pie de autovía...

Civio, fundación ciudadana para impulsar la transparencia y luchar contra la corrupción

La Fundación Ciudadana Civio es un proyecto que nace con el compromiso de facilitar a los ciudadanos el libre acceso a los datos públicos, construir una ciudadanía más participativa, impulsar la transparencia y mejorar la calidad de nuestra democracia.
 
 
 
 
En su web podemos encontrar artículos y noticias que hablan de casos de corrupción política, que informan de los indultos que concede el Gobierno, que hacen propuestas para regular la actividad de los lobbies, que analizan en qué se gastan nuestros impuestos, etc.
 

La Gran Guerra

Se cumple el centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial, la que por entonces se llamó la Gran Guerra.
 
Durante el año tendrán lugar diversos eventos que conmemoren este acontecimiento, más bien que nos recuerden esta gran tragedia que afectó fundamentalmente a Europa y que se cobró, según estimaciones, unos nueve millones de muertos.
 
 
 
 
El escritor francés Jean Echenoz, por ejemplo, ha publicado recientemente una novela, titulada sencillamente 14, ambientada en la Gran Guerra. Sus protagonistas son cinco amigos que viven en un pequeño pueblo próximo a Nantes y que al estallar el conflicto bélico marchan juntos al frente.
 
El blog Europeana, una iniciativa impulsada por el proyecto European Library, nos ofrece, gracias a la colaboración de las bibliotecas nacionales de 20 países, un completo archivo online sobre la Gran Guerra, en el que se han reunido documentos, mapas, imágenes, vídeos y otros materiales.